domingo, 25 de agosto de 2013

El desafío de aumento de productividad

Fuente: Consejo Minero.

Algunos analistas están pronosticando el término del superciclo de los commodities, lo que constituye un gran desafío para las empresas de recursos naturales, en particular la minería, y por extensión, las empresas que dependen de la minería. "La caída es temporal" -dicen otros más optimistas-, "la desaceleración de China, se revertirá y la demanda por metales tomará un nuevo impulso".

En fin, no sabemos qué pasará con los precios. Es una de las características de los mercados de commodities: el precio está dado por el equilibrio de la oferta y la demanda mundial, lo cual no es controlable, por lo que las empresas participantes son tomadoras de precio y deben preparase para la volatilidad de precios.

Lo que sí pueden controlar, al menos en teoría, es la productividad.

Pero en lo últimos años la industria experimentó el aumento de los costos (ver artículo) Escasez de energía, que la encareció.  Escasez de recursos humanos calificados que aumentó el nivel de salarios. Además de que en minas más antiguas, es más costoso extraer el mineral, la ley es más baja, etc.

Pero todas estas no son variables sobre las que las mineras puedan tener gran influencia.
  
Donde sí vemos grandes oportunidades de reducción de costos es al mejorar deficiencias como la planificación, que genera exceso de inventarios, exceso de consumo de repuestos por deficiencias en la operación y mantención, compras spot que impactan negativamente en la productividad de abastecimiento, y desaprovechan la ventaja de precios y costos operacionales de los convenios; gestión deficiente de proveedores que no entregan según lo acordado, falta de control en la administración de los contratos de servicios que incide en sobrecostos, etc.

En cada uno de estos aspectos, Unilink, cuenta con soluciones y servicios orientados a reducciones muy significativas en los costos.

Referencia:
Consejo Minero. Desafíos de productividad. Agosto 2013

sábado, 24 de agosto de 2013

El uso de lentes inteligentes en las bodegas


En Unilink  usamos la tecnología para hacer más eficientes los procesos y reducir los costos.

Recientemente ha aparecido una nueva tecnología: los smart glasses o lentes inteligentes, una variante de los dispositivos de manos libres  para los smart phones o teléfonos inteligentes con sistema operativo android, que permiten no sólo  audio con manos libres, sino también -y esta es la principal novedad- imágenes, mediante una cámara incluida y un lente que hace las veces de pantalla.

Este kit de manos libres permite hacer más fluida la interacción visual entre  los datos e imágenes provenientes de la "nube" y las imágenes de la "realidad", pues disminuye la necesidad de alternar la vista entre la pantalla del teléfono que sostenemos en una mano, y el objeto que visualizamos frente a nosotros.

Una aplicación inmediata y simple es para el levantamiento de información de los materiales almacenados en la bodega, por ejemplo, para fotografíar el material o etiqueta, y transmitir la imagen en forma inalámbrica, automática y en línea, a un equipo de back office, o para procesar esta información en línea con alguna aplicación en la nube.



Puede realizarse la comparación en línea de lo registrado en la inspección visual, contra la información registrada en el sistema informático de la bodega, detectando diferencias y corrigiéndolas,

Todo esto facilita actividades como el enriquecimiento de datos y la toma de inventario, incluidas en los proyectos de Ontologística.

Las instrucciones de la ruta a seguir por el personal en bodegas para la inspección visual, pueden ser visualizadas en el display del lente, en lugar de que el personal vaya con listados impresos.  En lugar de que una persona cuente, y otra anote, ambas actividades tenderán a realizarse por una sola persona, duplicando la productividad.

Por otro lado, el personal en bodega puede interactuar mediante audio (con alguna de los muchas aplicaciones disponibles de VoIP) con el equipo back office.

De esta forma, con manos libres, se facilita la movilidad y manipulación de los materiales, y se reducen los tiempos, se minimizan los errores y se reducen los costos del levantamiento.

Por otro lado, se hace posible una supervisión en línea virtual y remota, preventiva de errores, así como de auditoría ex post, al revisar la grabación.

Un video demostrativo de las posibilidades de esta tecnología, puede verse aquí:






sábado, 17 de agosto de 2013

Se buscan organismos certificadores


El problema de la coexistencia de objetivos contrapuestos en un maestro de materiales: diferenciación versus comoditización, origina el conflicto entre repuestos OEM versus genéricos.

Las marcas OEM tienen incentivos para desacreditar a los sustitutos y, por otro lado, los sustitutos tienen incentivos para afirmar su equivalencia con el OEM a costo menor. También podrían tentarse a traspasar el límite de la propiedad intelectual, y "piratear" el original con prácticas ilegales, como copiar los planos.

Entonces, con versiones contradictorias y a falta de pruebas...¿A quién creerle?

Lo ideal sería contar con una entidad imparcial, que certifique si el repuesto alternativo es efectivamente un sustituto válido del original, desde el punto de vista legal y técnico.

Pero es difícil encontrar estas entidades certificadoras imparciales y competentes.

En el caso de los repuestos automotrices, se habla de repuestos genuinos, originales (hechos por el mismo fabricante pero no certificados por la marca) y alternativos. En este contexto se organizan entidades certificadoras, como CAPA (Certified Automotive Parts Association) y similares.  Su objetivo es fomentar la competencia en el mercado de modo de reducir el gasto de los consumidores y de la industria, asegurando al mismo tiempo la calidad de los repuestos.

Pero hay aún un largo camino por recorrer.

En un mercado con competencia perfecta, la información debiera estar disponible en forma completa y gratuita, pero la situación actual en el ámbito industrial  dista mucho de ello, produciendo una falla en el mercado.

Un mercado en el que los gobiernos intervienen defendiendo los intereses de los consumidores, por el impacto social que está en juego, es el farmacéutico.

Un Bioequivalente es un medicamento que ha comprobado mediante estudios científicos, que tiene el mismo efecto que el producto farmacéutico original. En el caso chileno, su eficacia está certificada por el Instituto de Salud Pública y se reconocen mediante un sello de color amarillo en su empaque. En México y otros países, se agregan las siglas GI (Genérico Intercambiable), en España se agrega EFG (Equivalente Farmacéutico Genérico).

En general, los bioequivalentes tienen un precio mucho menor, que se explica porque el genérico no requiere inversión en investigación, desarrollo y marketing.

España va incluso más allá, y obliga a las marcas a bajar sus precios a los de un EFG.

Esto podría generar desincentivos a la investigación en los laboratorios.  Pero los laboratorios que investigan y desarrollan un fármaco, tienen una cantidad de años en los cuales la patente está protegida.

En los mercados donde no hay certificación, la falla del mercado persiste.

Una variante de certificación puede ser asumida por cada empresa compradora, pero la inversión puede ser significativa y no justificarse económicamente (ver post). Lo ideal es compartir el costo entre otras empresas consumidoras del material, realizando un esfuerzo conjunto.

Es una nueva oportunidad donde los incentivos están dados para la colaboración (ver post "la economía colaborativa").

Así es que aprovechamos este medio para poner un aviso de utilidad pública: si alguien conoce algún organismo certificador de materiales y repuestos, favor que se contacte con Unilink o a mi mail: aldo.barreto@ulinksolution.com.

Gracias.

Ingeniería reversa y el maestro de materiales


La ingeniería reversa es un procedimiento mediante el cual un artefacto creado por el hombre, es analizado en cada uno de sus componentes, para descubrir el conocimiento subyacente, y eventualmente  realizar una copia o aplicarle las modificaciones al diseño original.

Es un tipo de transferencia tecnológica, que busca descubrir el know how original, reproduciendo una tecnología sin que exista la revelación por otros de dichos conocimientos.

El despegue de la industria japonesa después de la segunda guerra, debe buena parte de su éxito a la aplicación de ingeniería reversa a artefactos tecnológicos occidentales, práctica que se extendió a Corea, Taiwán y China. Un caso documentado (ver aquí) es el de Samsung, que logró desarrollar la tecnología para fabricar hornos microondas usando este método entre 1976 y 1978, desmantelando un horno Panasonic.

El marco legal de la propiedad intelectual, en general pretende generar los incentivos para que las empresas innoven, creando nuevos productos, pero no impide la ingeniería reversa. En Estados Unidos, incluso si un artefacto está protegido, la ingeniería reversa del artefacto es legal en la medida que el conocimiento se obtenga legítimamente (ver aquí). Por ejemplo, copiar los planos originales de un artefacto no es legal, pero una ingeniería reversa bien documentada sí lo es.

Asimismo, identificar un repuesto alternativo, a partir de la ingeniería reversa de un repuesto OEM, es lícito. Suponiendo que no existen restricciones de garantía de parte del fabricante del equipo, el desafío es otro: asegurarse que el repuesto alternativo tenga una calidad equivalente.

Hay quienes argumentan que como norma general es mejor no arriesgarse, pues un repuesto de calidad defectuosa, puede implicar un costo muchísimo mayor, al existir una mayor probabilidad de falla en el equipo y a su vez en el proceso productivo, con consecuencias económicas mayores que el ahorro que se obtiene por el menor precio del repuesto alternativo.(Ver discusión aquí).

Por otro lado, a falta de entidades certificadoras, la opción que queda es la de realizar un estudio interno, pero que puede justificarse económicamente sólo si la inversión realizada en este estudio es compensada por el menor costo del repuesto alternativo.

Por lo tanto, antes de embarcarse en un proyecto de este tipo, es necesario primero realizar un análisis de gasto del repuesto y proyectarlo en el tiempo (lo que depende de aspectos como la política del tiempo de renovación de los equipos), y comparar dicho gasto con el de un repuesto alternativo. Si ambos repuestos no son exactamente iguales, por ejemplo, la vida útil es distinta y requieren cambiarse con frecuencia distinta, habrá que incluir en el análisis el impacto en el TCO de ambas alternativas.

domingo, 11 de agosto de 2013

Spare parts on demand: el futuro de la logística de repuestos


En el post anterior, analizamos la relación entre los datos maestros en la nube y la economía colaborativa: videos, música, libros y software "on demand".

En efecto, los conceptos de video on demand, software on demand o "software as a service (SaaS)" y otros servicios "on demand" se han vuelto parte de nuestra cotidianeidad desde hace algunos años.

Después de todo, no son más que objetos en formato digital, hechos de bits, que pueden reproducirse en un computador.

El formato digital no es el único disponible. También estamos acostumbrados a imprimir fotos, imágenes y documentos en papel.

Pero salgamos del B2C y vamos al B2B.

Un cosa es papel y tinta y otra muy distinta imprimir un objeto de metal y plástico, que es de lo que están hechos los repuestos. ¿Es un futuro tan distante como el teletransportador de Star Trek?

Pues no. Al final de cuentas, todos son bits. Simples ceros y unos y las impresoras 3D hace algunos años que ya no son ciencia ficción. Es la llamada fabricación aditiva.



En este video (click aquí), vemos un ejemplo de impresión 3D con tecnología Siemens: un rayo láser que funde polvo metálico. Los componentes se crean a partir de metales y aleaciones capa por capa siguiendo los planos Cad 3D. Ya está en uso en Suecia para la reparación de quemadores de turbinas de gas.

Uno de los usos más revolucionarios de esta tecnología es para "imprimir" repuestos de equipos en las instalaciones donde se usarán estos repuestos o en su cercanía. De esta forma, la logística se simplifica enormemente. El nivel de servicio llega al 100%. El tiempo de entrega se reduce a minutos, que es el tiempo que toma "imprimir" el componente. El costo de almacenamiento se elimina. El costo de transporte es cero, reemplazando el transporte de un componente desde la fábrica de origen, pasando por una larga ruta a través de distintos intermediarios, hasta una planta térmica o una faena minera en la punta de un cerro inaccesible al fin del mundo. Los ambientalistas quedan felices.

Yo aún no dejo de sorprenderme cuando bajo en unos segundos un e-book a la aplicación Kindle de mi smartphone y pienso que hasta no hace mucho, debía gastar mucha plata en flete y esperar mucho tiempo a que me llegara desde Estados Unidos. Y mi biblioteca de  madera de roble, donde guardaba estos viejos libros impresos ya no crece. Se salvaron los robles y muchos árboles que servían para papel, se ahorró combustible y se evitó emisiones de gases, entre otras externalidades negativas.

Imprimir un repuesto a pedido, sólo en el momento en que lo necesito, es algo que se ve muy lejano. Tan lejano como alguna vez el mundo veía el comercio electrónico.

Recuerdo que en mis tiempos universitarios me gustaba ir a la biblioteca del Instituto Chileno Británico. Me encantaba por su espectacular vista al cerro Santa Lucía, porque iba muy poca gente (Chile no es un país de lectores y menos aún de lectores en inglés) y podía estar allí una tarde entera como si fuera el living de mi casa,  hojeando revistas y libros, sin que nadie me vigilara para que no me fuera a robar algo. Mis revistas favoritas eran la New Scientist y la Economist. Ya en ese tiempo, cuando Internet era conocida sólo a nivel universitario, y empezábamos a usar los primeros buscadores como "Veronica" y faltaban varios años para que apareciera Yahoo o Google, un artículo de Economist predecía que el futuro iba a estar en la "nube" (no se le llamaba así, entonces) y que todos tendríamos computadores sin gran capacidad de procesamiento y almacenamiento, pues no sería necesario, ya que todo se almacenaría y procesaría en la nube. Mi profesor de computación se reía de quienes pensaban que los PCs e Internet revolucionarían el mundo, y decía que los PCs eran simples juguetitos que nunca desplazarían a los mainframes o computadoras centrales.

Hoy veo los smartphones y tablets y  compruebo que la predicción del Economist fue muy certera. Tal como la SaaS ha reemplazado al software "on premises", la HaaS (Hardware as a service) ha reemplazado a los mainframes "on premises".

Así es que no veo tan lejana la impresión 3D de repuestos.

De acuerdo a mi experiencia en la minería chilena, las empresas pioneras en abrazar el comercio electrónico con entusiasmo, hace ya 10 años atrás, fueron las maestranzas, que fabricaban componentes a partir de los planos digitales que les enviaban su clientes. El proceso de fabricación era bastante artesanal, pasando por elaborar moldes de arena compactada, vaciar el metal fundido, sumergirlo con agua hasta su enfriamiento, romper el molde, sacar la pieza y darle las terminaciones. Pero, a pesar de lo artesanal de la fabricación, se justificaba en términos de tiempo y costo, en especial para piezas de equipos descontinuados.

Hoy en día, los maestros de de materiales de nivel 4, incluyen descripciones completas de sus ítemes MRO. Eso pasa por incluir los planos (nivel 5). Es decir, en un futuro no tan lejano, bastará con que la "maestranza" (que se parecerá más a una imprenta) imprima los ítemes, simplemente accediendo al maestro de materiales.

Más aún, al bajar los costos y masificarse la tecnología, la impresora 3D estará en nuestras instalaciones como una impresora más.