domingo, 15 de febrero de 2015

¿Los productos genéricos tienen un precio menor?

El problema de la coexistencia de objetivos contrapuestos en un maestro de materiales: diferenciación versus comoditización, origina el conflicto entre repuestos OEM versus genéricos, que es similar a la polémica que se da en el mercado farmacéutico con los medicamentos genéricos.

Un Bioequivalente es un medicamento que ha comprobado mediante estudios científicos, que tiene el mismo efecto que el producto farmacéutico original. En el caso chileno, su eficacia está certificada por el Instituto de Salud Pública y se reconocen mediante un sello de color amarillo en su empaque. En México y otros países, se agregan las siglas GI (Genérico Intercambiable), en España se agrega EFG (Equivalente Farmacéutico Genérico).

Se espera que los bioequivalentes tengan un menor precio, que se explicaría porque el genérico no requiere inversión en investigación, desarrollo y marketing.

En España existe el precio de referencia, que obliga a bajar las marcas a precio de genérico. Por lo tanto, en  España el precio del genérico (EFG) es el mismo que su respectiva marca comercial.

Los laboratorios que investigan un fármaco tienen unos años en los cuales la patente está protegida. Esta protección se requiere para que los laboratorios tengan incentivos para investigar y producir medicamentos nuevos, pues los laboratorios que fabrican genéricos no investigan.

En el caso de los repuestos automotrices, se habla de repuestos genuinos, originales (hechos por el mismo fabricante pero no certificados por la marca) y alternativos. En este contexto se organizan entidades certificadoras, como CAPA (Certified Automotive Parts Association) y similares.  Su objetivo es fomentar la competencia en el mercado de modo de reducir el gasto de los consumidores y de la industria, asegurando al mismo tiempo la calidad de los repuestos.

El caso de los fármacos bioequivalentes en Chile, sin embargo, ha mostrado una evolución distinta a la esperada, evidenciando que hay más variables en juego que las originalmente previstas. (Ver nota aquí).  No es una novedad, en Economía I se nos enseña que el precio no es una función del costo, sino del equilibrio entre oferta y demanda. El mercado chileno es oligopólico, con 3 grandes cadenas dominando el mercado, y con antecedentes de una colusión previa, intenso lobby político, manejo de los medios de prensa, incentivos a los vendedores para aumentar las ventas, y por ende a ofrecer productos más caros, entre otros factores. No es de extrañar entonces, que finalmente no se obtenga un menor precio, y que Chile siga siendo un país con precios de medicamentos muy altos en comparación a otros países con mayor competencia.


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