domingo, 16 de junio de 2013

¿Cómo escapar a la maldición de los recursos naturales?




La imagen es del Cerro Rico de Potosí, el mineral de plata más rico de la época colonial, cuando Potosí era una de las ciudades más pobladas y opulentas del mundo. Yo lo conocía del escudo de armas de Arica, mi ciudad natal, su puerto de salida durante la época en que ambas ciudades pertenecían al Virreinato del Perú. 


 Al comenzar a agotarse el mineral, Potosí se hundió en una pobreza de la que nunca se recuperaría.

Los economistas hablan de la maldición de la riqueza (resource curse): los países con abundancia de recursos naturales, especialmente recursos no renovables, como minerales y petróleo, tienden a un menor crecimiento económico que los países con menos recursos naturales. 

La sustitución de importaciones, en particular de equipos y partes para la explotación de los recursos naturales, podría ser una alternativa para el desarrollo del sector manufacturero de esos países. Sin embargo, al ingresar divisas a la economía provenientes de los recursos naturales, se aprecia la moneda local y se hace más conveniente importar los bienes de capital. Las exportaciones pierden competitividad y se desincentiva la diversificación.

Por otro lado, el precio de los commodities tiene alta volatilidad. 

Recorriendo las ruinas de Humberstone, la salitrera en el norte de Chile, pude constatar la prosperidad que llegó a haber en su momento, y que se acabó con la llegada de los fertilizantes sintéticos. 

Recuerdo haber visitado las ruinas de una mina de oro en Argentina. Los agricultores se habían convertido en mineros para aprovechar el boom, pero una vez agotada la mina, sus hijos olvidaron cómo ganarse la vida con la agricultura. Y las familias quedaron más pobres que antes. 




Un ejemplo más reciente es Lota y Coronel, donde dejó de ser rentable la extracción del carbón y las familias que por generaciones habían sido mineras, tuvieron grandes dificultades en reconvertirse. 


América Latina está llena de estos ejemplos que parecen confirmar la maldición.



La imagen es tomada de la serie de películas de horror: Final Destination, cuyo tema central es la inevitabilidad del destino. Los protagonistas intentar eludir la muerte una y otra vez, pero hagan lo que hagan, la muerte finalmente los alcanza.

Pero este no es un destino ineludible (Ver "Escaping the Resource Curse")

Países desarrollados como Australia, Canadá, Finlandia, Noruega, Nueva Zelanda y hasta el propio Estados Unidos son ricos en materias primas, pero no son dependientes de ellos. Lograron industrializarse, innovar y diversificar su matriz de exportaciones Ver artículo.

En Chile, en los noventa se hablaba de la segunda fase exportadora... que nunca llegó. Se hablaba de "agregar valor" a los commodities, y se avanzó, por ejemplo, en exportar productos perecibles con cadena de frío, pero  hoy se sigue exportando concentrado de cobre en lugar de productos con mayor valor agregado. 

Con los tratados de libre comercio y la disminución de los aranceles a las importaciones, se hizo aún más complejo el desarrollar una industria manufacturera.  En la actualidad la alta demanda por los commodities, en especial de China, ha provocado un auge económico en la región, con lo que el dólar bajó su precio, favoreciendo las importaciones y  desfavoreciendo las exportaciones. La maldición vuelve a acechar. 

Una de las características de los mercados de recursos naturales, es que las empresas productoras son tomadoras de precio (ver post).

La utilidad de una empresa está dada por:

U = (p - c) x Q

Donde p es el precio unitario, c el costo unitario de producción, y Q la cantidad producida.

Para maximizar su utilidad, la empresa tiene básicamente 2 formas: disminuir el costo de producción y aumentar la cantidad producida.

En la práctica, las empresas productoras de recursos naturales tienen incentivos para colaborar entre sí.  Así surgen los cartelescomo la OPEP, para intentar controlar el precio mediante la fijación de cuotas de producción. La colusión es ilegal en nuestros países, pero hay formas de colaboración lícitas que se dan por el lado de los costos. Una de las formas de colaboración es en el abastecimiento.

Una de estas formas se dio en la creación de una plataforma global de comercio electrónico de la minería, Quadrem, originalmente de propiedad de las empresas mineras, pero que luego se diluyó al ser comprada por Ariba y SAP, sin alcanzar a profundizar en la colaboración.

Pero se observa en otros mercados, formas más fuertes de colaboración, donde se agrega la demanda por bienes y servicios que las distintas empresas requieren, para así acumular poder de negociación y  obtener mejores precios y condiciones. Un ejemplo es MTS, una red que agrupa ferreterías de Chile. En este caso, las ferreterías no compiten entre sí, pues tienen coberturas geográficas distintas, actuando así como puntos de venta de una corporación.

Si se profundiza en la colaboración en la cadena de abastecimiento, las posibilidades de reducir costos se incrementan significativamente.  Esta colaboración comienza con compartir la base de proveedores, para luego organizar la oferta de bienes y servicios en un maestro de materiales común, de una forma tal que permita gestionar categorías, aprovechando el poder de negociación y las economías de escala, para luego avanzar hacia contratos con logística compartida, optimización de inventarios agregados, etc. 

Todo ello conduce a reducir el TCO de la industria de recursos naturales y a fomentar el desarrollo del abastecimiento electrónico.

Y este es uno de los escapes a la maldición de los recursos naturales, devolviéndole su condición de bendición, que nunca debió perder.

Esa es la misión de Unilink.

No hay comentarios:

Publicar un comentario