viernes, 19 de julio de 2013

La economía colaborativa y los datos maestros


El comercio electrónico B2C (business to consumer) ha alcanzado un nivel de madurez en plataformas como Amazon o Alibabá, donde el consumidor puede ver la oferta de bienes de miles de negocios.

El comercio electrónico B2B (business to business) también se ha desarrollado, pero su nivel de madurez sigue estando rezagado con respecto al B2C, limitándose a usar la nube como medio de transmisión de sus transacciones.

Por otro lado, hay  un modelo bastante antiguo, que ya veíamos en plataformas como eBay o Mercado Libre, pero que se ha acentuado con el crecimiento explosivo de las redes sociales en la nube, donde los oferentes de bienes y servicios son individuos, que alternan este rol con su rol más tradicional de consumidores. C2C podríamos llamarlo.

Esta tendencia está dentro de lo que se ha llamado "economía colaborativa" o más precisamente "consumo colaborativo", término acuñado por Rachel Botsman en el libro "What’s Mine is (Y)ours: The Rise of Collaborative Consumption". Es un modelo  modelo económico que hace posible a las comunidades vender, arrendar, compartir, intercambiar, permutar, o dar acceso a bienes o servicios.

Una tipología que hemos tomado de este sitio es: peer to peer, crowdsourcing, mercados colaborativos en línea y plataformas de compras grupales. Esta última es una vieja fórmula que permite aumentar el poder de negociación a los compradores, que hoy cobra nuevas fuerzas con las plataformas en la nube.

En "The Mesh: Why the Future of Business Is Sharing", Lisa Gansky nos muestra cómo al compartir disminuye  el despilfarro y la economía se hace más eficiente. 

Hoy vemos cómo no necesitamos comprar CDs, libros o películas. Simplemente nos suscribimos a Rdio y tenemos acceso a un gigantesco catálogo de música en línea, o  a las películas en Netflix, o a los e-books que puedes arrendar en Kindle-Amazon. Ya no necesito tener una pila de discos, libros, revistas y dvds en mi casa, ocupando espacio. Ni siquiera ocupando memoria en mi disco duro.  Cuando quiero escuchar de nuevo una canción, simplemente me conecto a Rdio y la escucho. No necesito buscar el cd y luego la canción.

Algo similar venía ocurriendo con el arriendo de bicicletas urbanas, resorts de tiempo compartido, las oficinas virtuales y coworking, etc. No es algo nuevo en absoluto. Las bibliotecas surgen bajo el mismo objetivo. Las guarderías y escuelas, en lugar de contratar a una nana, institutriz o profesor particular, también aplican este concepto. Compartir recursos y ganar eficiencia, entre otras ventajas.

La economía colaborativa, más eficiente, le va quitando terreno a la vieja economía del despilfarro.Y con Internet, esta tendencia se acentúa, pues se hacen posibles nuevas formas de compartir recursos.

Catálogos en línea: música en Rdio, películas en Netflix, libros y revistas en Kindle, contenido en Wikipedia, amigos en Facebook, contactos en Linkedin. ¿No es acaso la simple idea de los datos maestros en la nube?  El dato maestro no es nada más que un dato que se crea una vez y es luego compartido y reutilizado por muchos usuarios y sistemas.

A nivel B2C o C2C está bastante masificado el concepto. Pero a nivel B2B  la colaboración entre empresas tiene aún mucho por avanzar. La competencia inhibe la colaboración. Sin embargo, en industrias donde no hay competencia, como en la producción de commodities, la colaboración se hace posible. No sólo posible, sino que necesaria (ver post ¿Cómo escapar a la maldición de los recursos naturales?)

Pensamos que hoy nuestra industria de recursos naturales se encuentra frente a una oportunidad histórica de colaboración, usando plataformas en la nube. Y el primer paso es adoptar un maestro de materiales en la nube, sincronizado con los sistemas erp. 

¿Para qué seguir despilfarrando recursos en mantener un maestro de productos individual en mi empresa si miles de otras empresas están haciendo lo mismo? 

¿No es acaso mucho más eficiente ponernos de acuerdo y crear la  descripción del producto una sola vez y luego compartirla?






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